Cientos de casas vacías y semiderruidas, una tasa de paro por encima del 30%, sin apenas servicios y sin industria, con un bar en el centro del pueblo como única constante vital de toda una localidad. Y la sensación de que no hay forma de salir de debajo de los restos de la burbuja. Casas que en 2002 se vendían nuevas en unos 40.000 euros, acabaron vendiéndose cuatro o cinco años después a más de 200.000. Ahora, muchos propietarios se conformarían con 30.000 euros... Aunque ni eso.
|
etiquetas: chozas de canales , burbuja , adosados