Antonio M.R., de 49 años, agente de la Policía Local de Calvià en excedencia, salió a cazar el pasado 24 de noviembre por los alrededores de la urbanización Sol de Mallorca. Mientras deambulaba por el monte cayó en un pozo de unos treinta metros de de profundidad. No pudo verlo. El agujero estaba abierto a ras de suelo y oculto por los arbustos. El hombre quedó en el fondo, con fracturas en brazos y piernas, en un lugar tan profundo que nadie le oía pedir ayuda. Tras pasar allí varios días se suicidó pegándose un tiro con su propia escopeta.
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