La plaga de topillos que asola Tierra de Campos, en Palencia, requería medidas drásticas. Los roedores sobrevivieron gracias al cálido invierno y en primavera 300 millones de ejemplares han arruinado cosechas enteras. En marzo, la Junta de Castilla y León declaró oficialmente la guerra a estos roedores: extendió veneno a discreción en 20.000 hectáreas de monte. El resultado es que los topillos siguen allí, aunque diezmados, mientras que han caído palomas, liebres y aves protegidas.
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