Enrique Ortiz buscó trato de favor, y en algunas ocasiones lo logró, de tres Consellerias, cuatro consellers y alcaldes de ciudades como Alicante, Monóvar y Villena. Todos esos contactos se recogen en los informes policiales y de la Fiscalía Anticorrupción que obran en el sumario del 'caso Brugal'. El teléfono del poderoso constructor alicantino echaba humo continuamente, pero la Policía lo tenía 'pinchado' y eso ha permitido abrir numerosas investigaciones que se han desgajado de la principal.
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