Pese a todo, dos de cada tres catalanes consideran inoportuno celebrar un referendo. Los partidarios de la independencia llegan al 48% y ganarían la consulta por 13 puntos. España es un mal negocio para Catalunya. A esta conclusión están llegando cada vez más catalanes, hasta el punto de que la mitad confiesan ahora que podrían canalizar esa desafección con un voto afirmativo en un referendo independentista. En el último medio año, el porcentaje de catalanes que romperían con España ha crecido en nueve puntos.
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