Es más fácil descargar una película de una página de enlaces que comprarla o alquilarla en internet. Y no se trata de que unas sean gratuitas y las otras haya que pagarlas. Es que, simplemente, no las encuentras. Y cuando, tras bucear en una decena de webs, localizas el título que buscas, resulta que sale más barato alquilarla en un videclub físico.
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