A sólo una semana de la que debía ser primera visita de un miembro del Gobierno español al Peñón, el primer ministro gibraltareño, Peter Caruana, decidió ayer tensar la cuerda con España con un insólito llamamiento a los dueños de embarcaciones que naveguen por aguas que Gibraltar considera propias para que desobedezcan los requerimientos de la Guardia Civil y pidan ayuda a la policía del Peñón.
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