Muchas familias con hijos nacidos con malformaciones graves pasan auténticos calvarios con múltiples cirugías largas y complicadas y con largos periodos de estancia en unidades de cuidados intensivos para luego ser dados de alta con secuelas y tener una calidad de vida, en muchos casos, nefasta. La mayoría de estas familias acaba desestructurada con problemas de salud física y mental y con problemas económicos por no recibir suficiente ayuda por parte de las administraciones. Como ministro de justicia ¿no tiene nada mejor que hacer?
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