Cuando decidí solicitar plaza para mi hijo en un colegio público cerca de casa sabía que asumía ciertos riesgos: trabajamos los dos, mi marido no me maltrata. En el colegio de mi elección la demanda supera a la oferta. Pero, a pesar de eso, tuve la suerte de obtener plaza en el Colegio Público de mi primera opción. Y ello porque contaba con los cuatro puntos de proximidad. Nada de eso hubiera sido posible si, oh Lideresa, hubieras tenido antes tu ocurrencia de abolir los puntos de zona. Hoy suspiro aliviada... pero otros no tendrán tanta suerte
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