El carril bus-moto entró ayer en un callejón sin salida. La comisión de trabajo que estudia esta medida propuesta por el PP examinó en una reunión celebrada por la tarde en el Ayuntamiento de Barcelona la extensa documentación existente al respecto, compuesta por trece aportaciones, entre informes y valoraciones. Los estudios con más peso la desaconsejan por razones físicas (las vías reservadas son demasiado estrechas), de seguridad (la circulación compartida incrementaría el riesgo de sufrir accidentes) y de eficiencia del transporte público.
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