Carlota nació a principios de mayo de 2012 en Madrid. Vino al mundo con varios problemas y fue abandonada por sus padres biológicos (a quienes no se puede juzgar, tuvieron a la niña en lugar de tirarla a un contenedor). Carlota estaba en una cuna justo al lado de la puerta. Tenía expresión huraña, el ceño fruncido y mirada triste. Estaba sola. Mientras el resto de bebés estaban en brazos de sus madres, a ella nadie la cogía. Fué una luchadora desde el minuto en que vio la luz por primera vez, y nos enseñó algunas lecciones de la vida.
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