[...] Más tarde llegó atestados y en un principio el hombre solo ponía el aparato en la boca, pero sin soplar. Los agentes le explicaron que si seguía así lo denunciarían. El hombre, ni corto ni perezoso, se bajó los pantalones, enseñó sus genitales al agente y le dijo: ”Sopla aquí”. La policía le explicó que si seguía con esa actitud lo llevaría al juzgado. A lo que el hombre le contestó: ”Entonces también puede venir el juez a soplar aquí”.
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