Los pueblos en decadencia ética y cultural pierden todo sentido de la dignidad, incluso pierden la noción de la propia autoestima. Por eso, puede aparecer cualquier sinvergüenza a vejarles o robarles en sus propias narices y guardar un envilecedor silencio porque en su interior piensan y sienten que no son nada, no pertenecen a nada, no son merecedores de nada, ni siquiera de respeto.
|
etiquetas: mineria