Según la compañía eléctrica, las plantaciones de marihuana han destruido ya tres centros de transformación, que sumaban solo 44 contratos de suministro a través de los cuales se recibía en la zona una capacidad de abastecimiento para unas 3000 viviendas. Los vecinos dicen que solo debería castigarse a quienes se enganchan ilegalmente, no a quienes pagan sus facturas o a quienes no pueden pagarlas por carecer de recursos económicos (este es el barrio de menor renta per cápita de España).
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