Una campaña electoral en España es todo lo contrario a lo que debe de ser una sucesión de actos públicos, en los que se presentan candidatos capaces, honestos y buenos oradores. La inmensa mayoría de los convocados por PPSOE están a la altura de los espectáculos circenses del franquismo, con un público entregado a la pantomima, la ilusión por seguir oyendo mentiras y el sueño de lo que se sabe imposible. Y un presentador inenarrable.
|
etiquetas: campaña , rivalidad , opinión