El presidente del Barcelona, Sandro Rosell, ha anunciado esta mañana que el terreno de juego del Camp Nou será sometido “a una implementación tecnológica” que permitirá que el campo se incline ligeramente hacia una de las dos porterías, concretamente la del equipo contrario. El objetivo de esta nueva prestación es, según la cúpula barcelonista, “facilitar el juego de nuestro equipo en un terreno optimizado”, aunque la prensa deportiva define la maniobra como una trampa que atenta contra el juego limpio.
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