Consciente de que sería difícil acceder al edificio público al mediodía, porque había la concentración de docentes convocada fuera, Esperança llegó dos horas antes y se encontró la entrada llena de barreras. Un policía nacional le dijo que estaba prohibido pasar con la camiseta verde, porque las órdenes eran que solo podía haber una persona de esta guisa por planta. Indignada, la única alternativa de la poblera fue quitarse la prenda subversiva y quedarse en sujetador –lo que oyen–, puesto que necesitaba hacer la gestión administrativa.
|
etiquetas: huelga , til , baleares