Por 199 votos contra 68, la Camara de los Lores británica respaldó ayer las regulaciones que prohiben a los comercios cualquier tipo de discrimación en prestaciones y servicios en Irlanda del Norte, sin que pueda servir de excusa el mandamiento religioso de la fe de quien deba dispensarlos. La campaña de las asociaciones confesionales, sobre todo cristianas, no ha influido en la decisión mayoritaria, aunque se espera que los movimientos en contra se recrudecerán antes de que se apruebe la aplicación de la ley a Inglaterra y Gales.
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