«Si para abrir una empresa en nuestra región hay que estar dando tumbos 2 años me han de reconocer que es un insulto para el emprendedor, para la sociedad y para todo un país. Espero que algún día nos demos cuenta y que los políticos pongan remedio a tales despropósitos y desaguisados». Así termina la denuncia de un pequeño empresario extremeño, harto de ser mareado por la administración para poner en marcha un nuevo proyecto. Fermín Caraballo narra con detalle su peregrinaje por despachos oficiales, sus llamadas, sus esperas interminables...
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