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¿Y si el calimocho fuera lo más?

¿Se dan cuenta del alcance de este asunto? El periódico más influyente del mundo ha bendecido nuestra bebida más zarrapastrosa. Si me lo cuentan en las fiestas de Bilbao de 1984, cuando mis ojos adolescentes vieron cómo en las txoznas lo preparaban en barreños gigantes para servirlo horas después reposado y probablemente fermentado, no me lo creo.

| etiquetas: calimocho , newyorktimes , comidista

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