Aunque podría parecer difícil que la situación en la que vivía el animal pudiera haberse agravado, lo cierto es sí, fundamentalmente porque ahora los vecino que antes lo alimentaban no pueden acceder al recinto en el que está. El propietario instaló un vallado a su alrededor para evitar que animal se escape, de modo que tampoco es posible entrar en él. Además, el espacio en el que se ve obligado a vivir el equino es reducido y la hierba que tenía para pastar ya ha desaparecido, así que depende de lo que dé su dueño.
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