Me sumergí a unos 13 metros de agua y, de repente, sentí un gran golpe y todo se oscureció», dijo Packard a WBZ, afiliada de CNN. «Y pude sentir que me estaba moviendo. Luego palpé y me di cuenta de que no había dientes y realmente no había sentido un gran dolor», contó Packard. Y luego me di cuenta, ‘Dios mío, estoy en la boca de una ballena. Estoy en la boca de una ballena y está tratando de tragarme'. Me dije a mí mismo: ‘Está bien, esto es todo. Voy a morir’. Y pensé en mis hijos y mi esposa», comentó. No había forma de salir de ahí.
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