Desde fuera de Cataluña algunos tenemos claro que el problema secesionista que plantean las élites cleptocráticas es un tema de ámbito español. Si la soberanía reside en la nación (gran invento que nos separa del Antiguo Régimen y del totalitarismo), cualquier cambio que toque esa soberanía nacional es asunto que implica a todos. El problema es que no se puede contentar a todos todo el tiempo, como tampoco se puede estar cambiando una constitución en función de variables demoscópicas.
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