En el futuro existirán biocomputadoras, cuya información no se trasmitirá por impulsos eléctricos, sino a través de mensajes químicos. La sustitución de los actuales microcircuitos de silicio y cobre por organismos vivos tales como las bacterias para ser empleados en sistemas computacionales, es uno de los retos de Eduardo Santillan Zeron, científico del Cinvestav.
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