"La compraventa de activos inmobiliarios se demostró contraproducente, ya que los que habían concedido créditos habían acumulado todo el dinero (...). Cuando se ponían en venta propiedades se producía a continuación una bajada de precios, y cuanto más endeudado estaba un hombre, más renuente era a dejar sus propiedades, y así muchos acabaron totalmente arruinados". No es Japón en 1995. Ni España, Italia o Arizona (EEUU) hoy. Es Roma en 33. O sea, hace 1978 años. El autor del texto es el historiador Tácito.
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