La deuda era histórica: ante el mundo (y la ONU), el Sahara sigue siendo español. Pero nuestros gobiernos se olvidan de sus niños, que aprenden español sin libros de texto, y menos de lectura. La locura, de un grupo de niños: llevar un bibliobús a las escuelas del Sahara. La idea, la de Escritores por el Sahara: hacer realidad la locura para pagar la deuda que el Gobierno no paga. El nombre, el del Bubisher, un pájaro humilde, blanco y negro, que en la tradición saharaui lleva la buena suerte a donde va. La realidad ya va por el segundo curso
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