Cuando Jake Priday se enteró que el presidente ucraniano estaba convocando a voluntarios para su legión de combatientes extranjeros, pensó en poner en práctica sus conocimientos médicos de sus años en el ejército británico. Pidió licencia de tres semanas donde trabajaba como profesor y con otros 15 voluntarios fue llevado al oeste de Ucrania. Les pidieron sus pasaportes, los ubicaron en una base del ejército y le pidieron firmar un contrato que por 230$ lo ligaba hasta el fin de la guerra. Además, debía estar en primera línea de combate.
|
etiquetas: ucrania , británico , contrato , guerra