El Gobierno de Francisco Camps va a tener que seguir buscando debajo de las piedras para atender los pagos a proveedores. Los 900 millones de euros que esperaba recaudar la Generalitat Valenciana con la emisión de bonos para minoristas que terminó el 20 de mayo se han quedado en 722,7 millones, según hizo público ayer el Instituto Valenciano de Finanzas.
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