[...]lo último es el campanilleo constante de la Blackberry, mientras se come o se cena. No hay pausa, no hay tiempos muertos, no hay normas. ¿Qué era aquello de que no se llamaba por teléfono a partir de las 9 o 10? La Blackberry o el Whast App suena siempre y nuestros hijos contestan siempre porque si no de qué sirve. Se trata de eso, precisamente, de la mensajería instantánea. No entienden nuestros hijos que nos moleste, que nos incomode. Si alguien nos escribe, pues hay que contestar[...]
|
etiquetas: blackberry , adolescentes , adicción