Es un lugar común en la mitología empresarial. El anónimo emprendedor que sólo con un descomunal esfuerzo logra que su idea, tan original y disruptiva, se transforme en un caso de éxito. El relato suele almidonarse con toda suerte de barreras, obstáculos, a menudo financieros, que nuestro héroe ha debido sortear para llegar hasta lo más alto. La lección última siempre es la misma: si quieres, puedes. Si él pudo, superando tantas dificultades, quizá tú también. Al menos inténtalo.
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