El Gobierno portugués aprobó ayer una norma que instituye la prestación del trabajo social entre la población activa que reciba subsidios del Estado, principalmente los beneficiarios del llamado Rendimiento Social de Inserción (RSI). Esta medida está limitada a 15 horas de trabajo semanal en un total máximo de tres días útiles en instituciones de solidaridad y realizando tareas en la administración local. La prestación social será realizada por los ciudadanos con capacidad activa para trabajar y «sin ancianos o niños a su cargo».
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