El interés del Papa por el vestuario ha vuelto a un lujo y magnificencia ya insólitos. Para la misa de Navidad de 2008, el Papa llevaba una capa con una apertura alar de entre 7 y 8 metros, una mitra con gemas y diamantes, el palio con broches de oro, casulla rematada con bordes en oro, camisas exageradas, anillo de oro, zapatos brillantes con paramentos”, según indica don Matteo Ragazzo, jóven párroco de la provincia de Padua, empeñado en denunciar el exceso y en reclamar el retorno de la sobriedad de la Iglesia Católica.
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