Un estudio elaborado por la Universidad Pontificia de Salamanca ha confirmado que el papa Benedicto XVI puede correr a velocidades superiores a las que alcanzaron sus predecesores, incluyendo a Juan XII, que llegó a desplazarse a 21 kilómetros por hora justo antes de ser asesinado el 14 de mayo del año 964. “En pendiente, Su Santidad podría correr a 27 kilómetros por hora si tenemos en cuenta su peso y su forma física. Que su edad y su pelo cano no nos engañen: como papa, tenemos a una auténtica máquina de devorar asfalto”.
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