Una mujer belga, Sonia Ringoir, está siendo investigada después de intentar vender a sus dos hijos gemelos recién nacidos por 10.000 euros para pagarse una liposucción. Se ha conocido la transacción después de que su ex-marido haya reconocido que la operación les parecía "atractiva". En Bélgica no existe ninguna ley que castigue la venta de menores, por lo que sólo recae sobre ella la acusación de "trato degradante".
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