Hace unos días, un bebé de seis semanas sufrió un paro cardíaco tras su bautismo en Suceava, al noreste de Rumanía, y muchas voces dentro de la Iglesia Ortodoxa reclaman un cambio en esta tradición que muchos califican como una «brutalidad». Durante los bautizos ortodoxos se sumerge a los bebés tres veces en una pila bautismal llena de agua bendita, una en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
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