Cuatro años pueden ser, pero ocho imposible. Barcelona no aguanta ocho años con Ada Colau. El comentario está bastante extendido entre formaciones políticas, empresarios y sociedad civil de diversos ámbitos y colores. Lo resumía un importante ejecutivo catalán que ha participado del éxodo a Madrid: “El deterioro de la ciudad es más que perceptible. No ha hecho nada y su gestión ha sido puramente ideológica. Da igual si el próximo alcalde es constitucionalista o lleva un lazo amarillo en la solapa. De verdad que da igual. Lo que no puede es segu
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