Barcelona acaba de inaugurar el Jardín de los Aromas, un espacio de 620 metros cuadrados con capacidad para inhumar 700 urnas biodegradables con las cenizas de los difuntos que se descomponen en contacto con la tierra húmeda. A medida que se vayan enterrando las urnas, se plantarán plantas mediterráneas, como romero, salvia y lavanda, al lado de una placa del fallecido. La urna y el mantenimiento de la planta durante dos años cuesta unos 350 €.
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