En 1995, un pequeño grupo de voluntarios, animados por el buen funcionamiento de los bancos de alimentos de otras ciudades, decidió trasladar esta idea a Valladolid. Desde finales del año pasado, se ha notado un incremento en el número de personas que solicitan ayuda a este banco, y la previsión es que la situación se mantenga e, incluso, se agrave en lo que queda de año y en 2012. La obra social de las cajas de ahorros era la única fuente de financiación a la que podía recurrir esta organización, pero ahora "la puerta está cerrada".
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