La remuneración en especie parecía una práctica pasada de moda. Pero no es así. Sigue muy viva, favorecida por los bajos tipos de interés. Los bancos aprovechan dos factores para captar clientes a bajo precio, es decir, con regalos. Uno, y en primer lugar, que el precio del dinero que establece el BCE está en mínimos históricos y, dos, y como consecuencia de lo anterior, que los clientes más conservadores aceptan el envite siguiendo la máxima de “para lo poco que me dan, mejor me llevo la vajilla”.
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