No hará mucho tiempo que recogí a mi primer intoxicado etílico. Como puede parecer lógico, estando en un servicio de emergencias desgraciadamente no debería llamarme la atención, pero este paciente en particular si lo hizo. ¿El motivo? su edad. Recibimos el aviso entrando la noche ya, un viernes en una zona céntrica de la ciudad. A nuestra llegada al lugar, la situación era dantesca (...)
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