El capital extranjero amenaza con engullir negocios que hasta ahora gestionaban empresas familiares, pero no solo en Formentera. Todas las islas se han convertido en el oscuro objeto de deseo de empresas extranjeras y grandes fondos de inversión. Hoteles, discotecas, bodegas y explotaciones agrarias están sucumbiendo al nuevo modelo donde lo importante es el negocio y no que la empresa pase de padres a hijos. Baleares está en venta, y las grandes corporaciones han tomado nota.
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