El Ayuntamiento de Lleida ha abierto el camino para defender los derechos de las mujeres que esconden su rostro bajo un burka. Àngel Ros ha encargado un estudio a los servicios jurídicos de la Paeria para valorar si se puede prohibir, a golpe de ordenanza municipal, el burka en espacios públicos y calles de la ciudad. Es la primera propuesta planteada por el equipo de gobierno de un consistorio catalán en la lucha por los derechos de esas mujeres víctimas de creencias y culturas extremas. En Barcelona ven receptivos también esta medida.
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