Lo que se van a comer los gusanos, que lo disfruten los humanos, dicen los libertinos que celebran el goce carnal de la vida. Pero ese mismo dicho popular, y de forma mucho más precisa, puede aplicarse a la donación de cuerpos a la ciencia. Lo que se van a comer los gusanos, es decir, nuestros cadáveres, que lo disfruten, o al menos lo aprovechen, los humanos: en formación académica o...
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