Para Estados Unidos esto representa una nueva crisis notable en materia de transporte, pues su industria a priori más segura, fiable y reconocida, ahora está en una crisis de credibilidad tremenda, en medio de investigaciones criminales y federales. En el Capitolio, en los medios y en los aeropuertos del mundo se habla de Boeing, pero para mal. Y no hay que dejar de lado que esta es una compañía que acarrea problemas económicos severos, con una deuda que asciende a los $52,300 millones
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