No se trata de ningún lema creado tras la última gran crisis que aún sufrimos muchos países. Ni siquiera se trata de una frase ingeniosa de alguno de los grandes pensadores del siglo XX. Para haber conocido a su autor tendríamos que haber nacido en la época dorada de la Antigua Grecia, donde Aristóteles escribió esta frase dentro de un interesante libro llamado La Política. Llegó a esa simple conclusión al observar su entorno y percatarse de que siempre que se satisfacía un deseo, uno nuevo aparecía para ocupar su lugar.
|
etiquetas: avaricia , humanidad