Revertir al dominio público esa autopista sería hoy una propuesta que enarcaría las cejas de todo el mundo, en un momento de gran necesidad y urgencia. Pero conviene subrayar cómo en los años de vacas gordas hubo gobernantes que tomaron decisiones muy discutibles y no explicadas. Pasaron recursos al sector privado a costa de los probos ciudadanos que tienen la necesidad o el gusto de viajar. Además, ese peaje desincentiva nuestra economía y evita sinergias internas, según defiende este articulo de opinión del diario El Pais.
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