Según las primeras investigaciones, uno de los fallecidos había estado enamorado de ella. La sospechosa, propietaria de una heladería, había recibido dinero de una de las víctimas para poder abrir su negocio. Las autoridades austríacas desconocen cuál es el paradero de la joven española de 32 años, que huyó este martes. Se baraja la posibilidad de que pudiera haber volado a España para huir de sus crímenes o que se encuentre escondida en algún punto del país alpino.
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