TRADUCCIÓN en
#1: Los problemas de propulsión de los dos nuevos buques de guerra que han costado al contribuyente 3.000 millones de dólares australianos (unos 2.000 millones de euros) podrían ser consecuencia de fallos de diseño fundamentales, según han revelado jefes de la Armada que han confirmado que al menos uno de los navíos se perderá unas maniobras importantes con Estados Unidos el mes que viene. Un problema tan fundamental acarrearía que el constructor extranjero del buque –la firma española Navantia- se hiciese cargo de los costes.