La ausencia de una proteína en el cerebro podría ser uno de los factores culpables del autismo y de otros problemas cerebrales, según investigadores del Instituto Picower para el Aprendizaje y la Memoria, del MIT. La proteína, llamada CASK, ayuda al desarrollo de las sinapsis, las estructuras que las neuronas emplean para comunicarse las unas con las otras, y en las que subyace nuestra capacidad de aprender y recordar.
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