Mayores de 60 años, ahorradores y sin estudios o conocimientos financieros. Este suele ser el perfil de las personas que firmaron participaciones preferentes engañadas por los bancos, pero no siempre. Sonia tiene 38 años, es administrativa y actualmente llega a fin de mes con la prestación por desempleo. Ella autorizó, sin saberlo, que los 31.000 euros de ahorros que sus padres habían ido acumulando.
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